miércoles, 9 de noviembre de 2011

Una de relatos propios ^^


Muy buenas tardes a todos, mis estimados lectores. Lo primero pedir disculpas por no actualizar con más frecuencia el blog. El motivo es que estoy con exámenes globales y no tengo mucho tiempo para encender el ordenador. 
Hoy, os traigo un relato que escribí hace mucho tiempo, ya os aviso de antemano que tiene toques del maestro Valle-Inclán, dejándonos un sabor agridulce. Espero que os guste. 




ERRORES MORTALES


¿Quién no comete un error y sale ileso de éste? ¿Cuántas personas están amenazadas de muerte por un error? ¿Cuánto tiempo consiguen sobrevivir?

A estas preguntas buscaba una respuesta, precavido y con los cinco sentidos mientras me dirigía a la salida del cementerio a la hora del crepúsculo.
Últimamente, iba allí para desahogarme junto a la tumba de mi esposa y de mi hijo… El próximo sería yo.

Todo ocurrió tras la muerte de mi hijo de diez años, Alonso, que fue secuestrado y usado para experimentos por científicos de una organización nazi. Como venganza y pese a la oposición de mi amada esposa, decidí infiltrarme como “topo” para desmantelar esa banda. Vi todo tipo de torturas, experimentos con todo tipo de seres,  hasta que un desafortunado día llegó.
Estábamos en la sala de experimentos, y aquel día tocaba comprobar una hipótesis de dos médicos nazis: querían comprobar el efecto de la morfina en niños de diez años, mientras una máquina les desgarraba la piel poco a poco. Ver como aquellos niños gritaban y se estremecían de dolor, mientras aquellos malditos médicos tomaban un café, fue superior a mis fuerzas.

Mi mente empezaba a mandarme imágenes de Alonso, en lugar de a ese niño, y la ira y el dolor nublaron mis pensamientos. Solo actué. En menos de un suspiro, embestí a los dos doctores contra el cristal, le propiné un puñetazo en la nariz al guardia, y acto seguido le hice una llave mortal. Sin pararme a pensar, apagué la máquina rápidamente y llamé a la patrulla del FBI que siempre me seguía camuflada. Cogí a los dos pequeños y corrí aun más de lo que mis piernas me permitían, y conseguí salir de aquel antro.

Pensé que todo se había acabado, que no volvería a saber nada de esa desalmada organización, pero me equivocaba.
Empezaron a mandarme anónimos y llamadas amenazándome. No le di mucha importancia, ya que un agente secreto del FBI como yo, tiene que aprender a vivir con miedo.
Pero, un día, recibí una llamada del FBI, diciéndome que mi esposa había sido disparada a bocajarro, cuando fue a llevarle flores a nuestro hijo. Así murió, despedida en el suelo y pisoteada por aquellos mal nacidos. 
Desde entonces, no me importa nada. Me es indiferente si vivo o si muero, si me olvidan o si me torturan. No tengo nada más que perder.

Seguía caminando, justo por el lugar donde mi esposa fue asesinada. Con dolor, toqué la ardua superficie de mármol, aún con manchas de sangre.
Sacándome de mis pensamientos, un disparo seco hizo estallar en mil pedazos un farol de la salida del cementerio, y al alzar rápidamente la vista, otro disparo estalló el último farol que iluminaba el lugar.
Bajo la luz de una luna menguante, oía pasos, risas, el sonido del cargador de un revolver… En ese momento, Nikio Ritther, el líder de la banda nazi, encendió un mechero y me dijo:

-          ¡Espero que te hayas enterado de lo que ocurre cuando te metes con nosotros, bastardo!

Sin darme tiempo a responder, alguien me arrojó un balde, con lo que al tacto parecía agua, pero tras olerlo, me percaté de que era gasolina.

Es el fin, me decía en mi mente, pero tampoco tengo ganas de combatir, ni de hacer nada.

-Púdrete en el infierno.

Fue la última frase que oí antes de que un fuego abrasador producido por un mechero se extendiera dolorosa y cruelmente por cada célula de mi cuerpo.
Poco a poco dejé de gritar para no darles la satisfacción de reírse más de lo que ya lo habían echo. Entonces, dejé de convulsionarme, y la última imagen que vi, fue la de diez nazis saliendo del cementerio.



Un abrazo cibernético y muchas gracias por leerme.

Roseh_Gium

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho, aunque suene un tanto sádico xD ¡¡Muchas gracias por tu comentario!! :D A mi me resultaría muy difícil escribir sobre este tema... y aunque tu relato tiene algún fallo (aunque no tantos como los mios xD) me parece que esta genial!! :)

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